Naturopatía

El humorismo considera la importancia de la pureza de los « humores » (o líquidos internos, en el sentido de Hipócrates: linfa, sangre, sueros intra y extracelulares), su aspecto, calidad, cantidad, posible intoxicación y su influencia consecuente en la salud.

Si hay un concepto clave en la naturopatía «tradicional» para explicar la alteración de la salud, es la sobrecarga corporal de diversas toxinas, la acumulación (o incrustación tisular) a través de los «humores», que impide que el cuerpo funcione correctamente. Desintoxicar y purificar el organismo (Deinde purgare) es un requisito previo para recuperar la salud.

Otro concepto importante: el terreno, que también se encuentra en la homeopatía, que crea o no las condiciones para que se instale una enfermedad. Según la famosa frase atribuida a Claude Bernard, pero de Antoine Béchamp: «el microbio no es nada, el terreno es todo».

Valentin Marchesseau – padre de la naturopatía francesa – ofreció una síntesis muy útil de los tipos de toxinas. Las «gomas» (o sobrecargas coloidales): provienen principalmente de un exceso de carbohidratos y lípidos en la dieta, especialmente si son refinados; se transportan por la linfa y se eliminan en forma de pus, mucosidad, flemas o secreciones. Los «cristales» (o sobrecargas cristalinas) provienen de un exceso de proteínas, sobre todo de mala calidad, conduciendo a un exceso de acidez corporal y a patologías secas, agudas o putrefactivas.

Esta concepción se relaciona con los emuntorios; son los órganos naturales de eliminación, que actúan como filtros selectivos, eliminando los desechos del cuerpo: hígado, riñones, piel, pulmones, útero/vagina. Se trata de identificar (mediante un balance) la sobrecarga que causa los problemas: «gomas» o «cristales», y asesorar en consecuencia, con las técnicas adecuadas: secar la fuente (alimentación en fase 1), drenaje, desincrustación tisular, acción sobre los emuntorios, dietas restrictivas, ayunos, plantas, masajes en fase 2, así como acciones sobre los centros de gestión y técnicas psicológicas. La naturopatía ofrece técnicas para estimular los emuntorios, cada familia de toxinas siendo preferentemente eliminada por un emuntorio.

Identificar y eliminar las causas (Tolle causam).

En este enfoque, se debe buscar «la causa de la causa de la causa» (decía Hipócrates), determinar las causas reales, profundas y primarias, más allá de la apariencia engañosa del síntoma y no caer en la trampa del «anti-sintomático» (¡incluso con productos naturales!).

La intervención solo se justifica después de corregir los errores que causaron el problema. Es necesario restaurar el terreno, de lo contrario las defensas naturales colapsan, la FV disminuye… La recuperación de una función no elimina la causa del problema y puede conducir a un empeoramiento insidioso de la situación. Siempre se debe buscar entender la maniobra inteligente del cuerpo, bajo riesgo de que la enfermedad –aparentemente desaparecida– evolucione hacia un trastorno más profundo y crónico, desviando la sobrecarga hacia un órgano más débil y profundo. Así, no solo se aconseja una crema de bardana para el acné, sino que se trabaja sobre la alimentación, el drenaje del hígado…

Este enfoque es más duradero, más bello, satisfactorio e inteligente. Del mismo modo, no se lucha contra la malaria inundando periódicamente los pantanos con insecticidas, sino saneando el entorno y protegiéndose de las picaduras mientras se espera (mosquiteros, mangas largas…), o incluso yendo más allá, previniendo carencias de vitaminas B…

“Se considera que un organismo sometido durante cierto tiempo a una carencia en cualquiera de estas diez técnicas de salud, se convierte inevitablemente en sede de trastornos que evolucionan hacia la enfermedad. Así, la acción naturopática se sitúa por debajo de la acción médica, y realmente se puede hablar de prevención. La idea es simple y no puede malinterpretarse, ya que se trata de prevención y de errores en higiene vital, no de enfermedades cuyo tratamiento corresponde al personal médico”. André Lafon.

El causalismo nos lleva a implementar un programa de higiene vital personalizado para la atención integral de la persona, según la historia y los factores causales de su salud. Esto nos conduce al tercer principio fundamental en naturopatía: el holismo.

Este enfoque, querido por el naturopata y afortunadamente cada vez más considerado, se centra en ver a la persona en su globalidad (o de manera holística, según la raíz griega). La persona que consulta a un naturopata se verá plantear numerosas preguntas, más que las habituales en otras consultas, en muchos planos: físico (¿cómo son sus heces? un clásico), psicológico (¿alegría de vivir?), emocional (relaciones familiares…), vital (cicatrización, fatiga…), mental, ambiental (contaminación…), socio-cultural (aislamiento…)… Todo está interconectado, y la búsqueda de la combinación de factores que favorecen un problema de salud permite proponer un programa adaptado, con técnicas sinérgicas.

«El todo es más que la suma de sus partes»; esta máxima se atribuye al gran Aristóteles, y aquí se ilustra con el efecto cóctel de las causas que nos guía hacia un efecto restaurador individualizado.

«El poder de la naturaleza cura (Vis medicatrix naturae)». El naturopata cree en la Fuerza Vital (FV) – o Energía Vital (EV) – que anima a cada ser. La EV se concibe como un principio inmaterial cuya circulación constante anima el cuerpo físico (ver Reflexología). Las tradiciones antiguas reconocen esta fuerza, y las medicinas asiáticas basan en ella su ciencia (Chi o Ki en MTC, Prâna en Ayurveda…). La EV proviene tanto del exterior como del interior (incluyendo la herencia), tal como reconoce muy bien la MTC. Esta energía es bipolar, necesita reconstituirse (a través del aporte cósmico, extracción de la alimentación, aire, alternancia día/noche, compañía de otras personas, relajación… y la consulta).

"Sean simples, modestos, nunca olviden que todo el organismo y cada célula son más inteligentes que todas las academias del mundo. Respeten la vida y sean siempre apasionados servidores de la vida" Dr. A. SALMANOFF.

Invocamos las fuerzas internas que organizan nuestro cuerpo y lo mantienen saludable (ver Hidrología, masajes, reflexología…). No es el remedio (planta u otro) lo que cura, sino las fuerzas de autorregeneración que se ponen en marcha y se ayudan. Esto se llama autosanación.

En verdad, los consejos de naturopatía para recuperar la salud (y mantenerla) serán efectivos y posibles para personas con suficiente reserva de Energía Vital (y solo deberían dirigirse a ellas). Las primeras etapas, cuando las defensas del organismo están intactas o disminuidas, son competencia del Arte Naturopático. Cuando las defensas están superadas, los daños son irreversibles y no serán tratados por la naturopatía, sino remitidos al personal médico de urgencias (excepto maniobras de alivio y acompañamiento).

Es el conjunto de prácticas de higiene vital, que podría resumirse como «el arte de vivir saludablemente el día a día». La naturopatía recurre a lo mejor que ofrece la naturaleza (cf. los Elementos) y lo aplica en forma de técnicas (antiguas o actualizadas), clasificadas en familias o «las 10 técnicas»